ACOTACIONES
¡Canciller habemus!
Dr. Pedro Velasco Espinosa
Dentro del magnífico Gabinete del Presidente Lasso, Mauricio Montalvo Samaniego destella.
El prócer Juan de Dios Morales se hizo cargo de las relaciones exteriores del Estado de Quito, el 10 de agosto de 1809, para luego ofrendar su vida por la Libertad el sangriento 2 de agosto de 1810. Él es, en estricta justicia, el primer Ministro de Relaciones Exteriores o Canciller de la República del Ecuador. Mauricio es el canciller 144.
Han ejercido como cancilleres, personajes que han llegado a ser Jefes de Estado: José María Urvina Viteri, Javier Espinosa Espinosa (modestia aparte, mi tío bisabuelo), Alfredo Baquerizo Moreno y Camilo Ponce Enríquez. Citar otros eminentes compatriotas que han honrado la Cancillería, será materia de una Acotación especial, pues en ella la excelencia y la alcurnia intelectual y moral, dominan la escena. Cito uno, sólo por ser pariente de Mauricio: Francisco J. Montalvo Fiallos, en 1896, ministro número 52 desde 1830.
La hoja de vida de Mauricio Montalvo Samaniego es de envidia, de sana emulación: compañero de aulas del Presidente de los EEUU, Barak Obama, en la Universidad de Harvard, en la cual obtuvo un Masterado en Derecho (LL.M.) en 1990, después de haber obtenido el título de Doctor en la Universidad Católica del Ecuador, en la cual destacará como dirigente aniversario, presidiendo la Asociación Escuela de Derecho en 1984 y como miembro del Consejo Académico.
Se inició en el Servicio Exterior desde abajo, como debe ser, en 1982, ascendiendo a Director de Comunicación, Director de Política Multilateral y Director de Relaciones Fronterizas con Colombia, para luego tener destinos en las delegaciones diplomáticas del País en Nueva York, Washington y París.
No creo ofender su proverbial modestia, si apunto que, vuelto a la Patria, se desempeña como Secretario de la Junta Consultiva de Relaciones Exteriores, Coordinador General y Secretario de Cumbres, a más de Subsecretario Multilateral y Subsecretario de Organismos Internacionales.
Mauricio, no sólo ha limitado su vida a la diplomacia, sino que se destaca en la Academia. En 2016, Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Las Américas (UDLA) y profesor invitado de la Universidad de Puerto Rico. Como descendiente del “Cervantes americano”, su pluma no ha matado a nadie, pero ha nutrido diversas y selectas publicaciones especializadas en Derecho y Diplomacia.
Su nombramiento detiene la “caída en picada” de la Cancillería desde el 2007, salvo los ejercicios de los embajadores Gallegos y Valencia, trágico período en el cual hemos tenido ministros de y para todos los gustos y antojos.
Viernes, 21 de mayo del 2021